sábado, 11 de octubre de 2008

LUCILA

,Amanece en los cerros de Elqui
dolor y ternura…
rinconcito de montaña hecha mujer,
su nombre: Lucila.

Expresión poética de amor infinito
y creación divina que nace
entre surcos y tierras áridas. Desolación.
Andar de amores frustrados,
pasión escrita con donaire en los sonetos del alma.

“Dame la mano y danzaremos”,
escucha, en salmos y cánticos, la voz
que le imita a conocer desde su niñez:
el amor sublime de su “libro mío”.

“Piececitos de niños, azulosos de frío”.
David, Ester, Job, sus amigos
que van camino al calvario;
angustia y soledad
cubrirán en manantiales de agua viva,
los pasos cansados de su corazón atormentado.

Espera que fluya el consuelo
de su Padre amado.
Es el desierto de su alma
que grita desde lo profundo de su ser
“Padre nuestro, no me abandones”.

Ana L. Valenzuela-Retamal (publicado en pag. web del Círculo Escritores
V Región,Chile)
(Derechos de autor)